¿CUÁL ES LA MEJOR CARGA HORARIA Y SALARIO PARA UN TRABAJADOR?
- Christian Eulerich

- 22 nov 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 26 jun
Antes de empezar quiero compartirte que soy un empresario, industrial, y después de años lidiando con modelos que no funcionan, estoy cansado. Cansado de mercados, estados y gobiernos establecidos que hace tiempo dejaron de garantizar la dignidad humana. ¿Estamos dispuestos a revisar nuestras ideologías, prácticas económicas y organizacionales asociadas a este fenómeno? En este blog visibilizo asuntos que hoy comprendo distinto; siempre existieron, pero mis privilegios los distorsionaban.

En Paraguay se está hablando de un proyecto de ley que intenta mejorar, tal vez humanizar la carga horaria semanal en el Empleo del sector privado; la intención es reducirla de 48 a 40 horas semanales. Otros países lo aplican, ¿funciona?
Apenas puedo opinar sobre lo que conozco, entonces pienso; Alemania, con empresas trabajando menos de 48 horas semanales y junto a una serie de privilegios y beneficios conquistados hace décadas por sus trabajadores, ¿pueden acompañar* los niveles de eficiencia, competitividad, rapidez ofrecidos, por ejemplo, por China? Varias industrias, incluso la automotriz, no están pudiendo hacerlo. Hagamos una aclaración, la competitividad alemana es suficiente, el problema está en el modelo extractivo (global) que actualmente nos rige, sumado a intereses geopolíticos. Esto destruye los empleos alemanes y del resto del mundo.
Alemania tienen 78 años de Democracia ininterrumpida y por lo que vengo observando, esta viene (también) fallando a su pueblo. ¿Ustedes se imaginaron leer esto sobre los alemanes? Yo que me formé allá como ingeniero, viví seis años en su cultura, estoy anonadado y avergonzado.
Entonces la pregunta obligada es; ¿de qué depende la competitividad de una fábrica, el progreso de nuestros pueblos, la convivencia pacífica en una nación?
¿Promulgar leyes es el camino? ¿Imitar a Europa?
Sinceramente ya no sé en que creer. Lo único certero es, que lo que nos vienen prometiendo, no resulta en algo bueno para todos, sea Paraguay o Alemania.
Así es Máximo. Apenas opino sobre lo que conozco y tuvieron que pasar 30 años de mi vida dentro de la Economía para darme cuenta que es necesario desaprender casi todo lo que nos enseñan. Así pude seguir descubriendo lo que no conocía, factores sin precedentes para mis ideologías productivas. Y una de ellas, las relaciones (humanas); no solamente acompañan los proceso, sino son constitutivas, intrínsecas de la producción, el comercio, los servicios. No se trata de RRHH, se trata de relaciones humanas.
¿Te referís a que el sentir es también un fundamento productivo, laboral, económico, político y debe ser tratado como esencial en la Economía?
Sí, pues aunque no lo creas, un trabajador paraguayo tiene necesidades (relacionales, existenciales) muy parecidas a la de un alemán, cada uno en su respectivo contexto de vida. Ambos no asisten diariamente a su Empleo solamente para trabajar.
¿Qué estas diciendo? ¿Y a qué van entonces?
Esto es denso de procesar, Máximo. Trabajamos diariamente para relacionarnos, queremos preguntar, opinar, dar nuestro parecer, participar en las desiciones que más tarde nos afectarán. Y dependiendo de las posibilidades que los modelos organizacionales nos permiten ser, tener, estar y hacer, los seres humanos podemos, o no, sentir que juntos construimos la Economía que soñamos, el país que necesitamos. Nuevas experiencias laborales in situ me confirmaron, que son estos los elementos que determinan a una madre trabajadora como desganada o a un gerente general como uno inspirado.

Los supuestos y viejos enunciados que sostienen la Economía como ciencia social son terribles. Estamos en pleno siglo XXI y en el primer mundo, una universidad alemana toma el control de un estudio para evaluar el impacto que tiene trabajar solamente 4 días a la semana, cuando cualquier grupo de trabajadores –junto a un coordinador– lo puede elaborar, en todo caso la Academia acompañar. Pues no funciona así, siempre hay otros que saben más que nosotros que estamos dentro. Y no desconozco el valor del conocimiento tratado en complejas teorías de grandes intelectuales, pero me pregunto, ¿cómo se relaciona esto con «nuestro mundo actual».
Tal vez podemos valorizar otras cosas también.
Christian, no podemos escuchar y darle el gusto a todos, estas perdiendo la cabeza.
No creo estar proponiendo eso, pero comprendo que lo interpretes así. Se trata de reconocer que aquello que vayamos a emprender sea útil para todos los participantes, sin distinción. Está circunstancia esta lejos de ser realidad en nuestra región, menos aún en Europa. En nuestra planta productiva llevamos cuatro años escuchando a 200 trabajadores, 200 esperanzas. Naturalmente lleva bastante tiempo realizarlo y se vuelve incómodo de procesarlo, pues no es agradable darse cuenta, como mis buenas intenciones, mi liderazgo, los mercados, el sector privado, las leyes y los gobiernos hacen daño a las personas, y esto lleva siglos.

Cierro con esta imagen, que si bien vienen de Europa, significa lo mismo en todo el mundo; «no somos escuchados». Y cuando somos necios con la dignidad ajena, las cosas solo pueden empeorar...
No creo que importe solamente las causas de lo que no nos gusta, más importante son los motivos detrás y estos generalmente se reduce a algo sencillo de comprender, pero tremendamente complejo de visibilizar, si no es por nosotros mismos, los dueños del capital. Hablo de los empleos que no son útiles a una porción significativa y mayoritaria hoy en el mundo; trabajen 40 o 25 horas, con salario mínimo, aún menos o más. Y cuando algo no sirve para nuestras esperanzas, no nos esforzamos y hacerlo es un derecho genuino del ser humano.
Señor Senador Oviedo y colega empresario Pettengill, podría apostar que si alguna vez las condiciones laborales fueran acordadas desde la confianza entre Empleados y Empleadores, dejando atrás viejas teorías, los paraguayos y los alemanes trabajarían hasta 52 horas si es necesario.
El problema no es la cantidad, es la calidad; el sentido que tiene entregar parte de nuestra vida, trabajando.
¿Acaso vos tenés la verdad?, Christian.
Esto ya me lo dijiste antes, Maximo. No se trata que tenga la verdad, sino que podamos conversar verdades, donde quepamos todos. Es lo que busco.
Christian Eulerich
PD: Esta es solo mi opinión. Hay temas que, al conversarlos, movilizan nuestras ideologías y nuestras creencias de vida más profundas. Por eso, mis escritos están asociados a la dificultad de plantear lo incómodo de la economía en el contexto de mi entorno socioeconómico. Encontrar personas dispuestas a abordar estos temas no es sencillo. Aquí un 🔗 enlace para registrarte y recibir avisos sobre próximos posteos. Valoro que me hayas leído.
*La guerra en Ucrania ha modificado e intervenido la realidad alemania junto a otros elementos que hoy tiene a su gobierno destruido. Lastimosamente no puedo extenderme tanto en este espacio escrito para dar detalles sobre esto que esta relacionado.



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